UNA IGLESIA RELEVANTE III (Mt. 5.14-16)
La Iglesia debe estar unida
Vamos a seguir con nuestro
estudio donde ponemos énfasis en la importancia que tiene que la Iglesia sea
relevante e influyente en la sociedad. Antes de continuar te aconsejo que leas
la 1ª y 2ª parte para saber de qué va exactamente el tema.
En esta tercera parte la palabra
clave es “la iglesia ha de estar unida”,
por lo tanto vamos a hablar de la “Unidad”.
Jn 17:11 »Ya no
estoy en el mundo; pero estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a
los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
Jn 17:20-23 »Pero no
ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la
palabra de ellos, para que todos sean
uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros,
para que el mundo crea que tú me enviaste. Yo les he dado la gloria que me
diste, para que sean uno, así como
nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú
me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
Como podemos
ver, Jesús al hacer su última oración tiene preocupación por la unidad, pone
mucho énfasis en ella dándose a sí mismo como ejemplo de unidad con el Padre.
En estos
versículos podemos ver al Dios trino en acción. Es curioso porque muchas
personas piensan que dentro de la Trinidad hay categorías siendo unos mayores
que otros, por ejemplo, el Padre es mayor que el Hijo, porque el Hijo dice que
hace la voluntad del Padre. Sin embargo, nos podemos preguntar ¿Estamos
hablando de un Dios o de varios? Estamos hablando de un solo Dios. Dios es uno
y no hay otro fuera de Él (Deut. 6:4). Pero Él ha decidido manifestarse a
nosotros en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, lo que llamamos la
Santísima Trinidad. Esto nos lleva a otra pregunta, si Dios es uno ¿Puede ser
mayor que sí mismo? ¡Esto es imposible! Lo que pasa es que para que nosotros podamos
entender quién es Dios, se revela a sí mismo en tres personas, el Eterno e
Infinito revelándose al mortal y finito para que tenga la oportunidad de
entender una pequeña parte de lo que El es.
Por lo tanto
podemos ver que Dios es uno, todos son iguales, pero cada uno tiene su función,
el Padre dirige, el Hijo se ofrece en sacrificio para salvarnos de nuestros
pecados, y actualmente está a la diestra del Padre intercediendo por nosotros y
además preparando lugar o morada para Sus hijos, y el Espíritu Santo convence
de pecado, justicia y juicio (Jn 16:8) y además nos regenera y nos santifica.
Entre otras cosas. Un Dios, tres personas, tres funciones.
Una vez visto la
unidad que hay en Dios continuamos con la oración de Jesús “para que sean
perfectos en unidad”
La unidad en
Dios, como hemos visto, es perfecta, y la unidad dentro de la Iglesia también
ha de ser perfecta, y es tan importante la unidad dentro de la Iglesia porque
es así como el mundo conocerá que el Padre envió al Hijo “para que el mundo
conozca que Tu me enviaste” (Jn 17:23).
Jesús está diciendo que una de las cosas por
las que el mundo reconocerá que Él está en la Iglesia es por la unidad que hay
en ella. Fijaos si es importante el estar unidos tanto dentro de la
congregación como entre las diferentes congregaciones. Cuando uno no se une a
otro o pone escusas para no unirse a otras congregaciones por que hace esto o
no hace aquello lo que realmente está dando a entender es que es mejor que la
otra congregación y a esto se le llama orgullo o soberbia (mirar Stg. 4:6) y el
diablo es un experto en traer división, por eso hace todo lo posible por
separar a los matrimonios, pero también a la Iglesia, porque una Iglesia
dividida contra sí misma es un fracaso, es falto de poder, por eso debemos
hacer todo lo posible para mantener la unidad entre los creyentes y entre las
diferentes congregaciones porque ahí es donde hay “bendición y vida eterna”
(Sal. 133)
¿Eso significa
que todos somos iguales? ¿Esto significa que todos pensamos de la misma forma?
La manera más sencilla de ver esto es a través de la familia ¿son todos los
hermanos iguales? ¿piensan todos de la misma forma? La respuesta obvia es que
no, sin embargo no por ello deja de ser familia, y en una familia unida, aunque
no se esté de acuerdo con todo pueden seguir contando los unos con los otros, y
así debe ser también entre los creyentes, para que el mundo vea a Jesús y no
nuestros propios egos.
En el versículo
del principio hay otra frase que Jesús dice, que es muy interesante, dice “Los
has amado a ellos como también a mí me has amado”
A veces no nos
damos cuenta del amor que tiene Dios por nosotros, decimos “de tal manera amó
Dios al mundo” (Jn 3:16) y sabemos que Jesús se entrego voluntariamente a la
muerte para salvarnos de nuestros pecado, pero en esta frase que hemos puesto
antes nos dice que el Padre nos ama tanto como a su Hijo. El Sr. nos ama tanto
como a Jesús, siéntate hacia atrás unos momentos y medita en éstas
palabras……….. …. es tan impresionante que le deja a uno abrumado………….
Continuando con
el tema de la unidad en Ef. 4:1-6 vemos algunas cualidades importantes de la
misma;
Efe 4:1-6 Yo, pues,
preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que
fuisteis llamados: con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia
los unos a los otros en amor, procurando mantener la unidad del Espíritu en el
vínculo de la paz: un solo cuerpo y un solo Espíritu, como fuisteis también
llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un solo Señor, una sola
fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y
por todos y en todos.
Cualidades
necesarias para la unidad:
1. Humildad
2. Mansedumbre
3. Soportarse con paciencia unos a los otros
4. Amor
5. Paz
6. Somos un solo cuerpo
7. Tenemos el mismo Espíritu
8. Un mismo objetivo (v. 5-6)
Otro lugar donde se nos muestra la importancia de
la unidad es en Hchos 2:1-4,46;
Hch 2:1-4 Cuando llegó el día de Pentecostés estaban
todos unánimes juntos. De repente vino del cielo un estruendo como de un viento
recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban; y se les
aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de
ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y
comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablaran.
Hch 2:46
Perseveraban unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las
casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
En estos
versículos donde el Espíritu Santo es derramado con poder y “el Sr añadía cada
día a las Iglesia los que habían de ser salvos” (Hchos 2:47), hay dos palabras
clave que son “unánimes” y “juntos”.
La palabra
“unánime” nos habla de un mismo sentir. Todos piensan igual, tiene un mismo
objetivo, no hay envidias ni rencores, no hay murmuraciones ni habladurías, hay
paz, gozo y alegría, todos están de acuerdo, todos se perdonan las ofensas,
todos pasan por alto las diferencias que no son importantes, etc… es decir, hay
unidad.
La segunda
palabra “juntos”, estaban en un mismo lugar, no cada uno a su aire, sino que
todos se reunían en un mismo lugar para tener compañerismo estudiar la Palabra
de Dios y orar (Hchos 2:42; Heb. 10:24-25)
Por lo tanto,
como podemos ver, no existen llaneros solitarios en el Cuerpo de Cristo
(ministerios X) Todos deben estar sujetos al ministerio y autoridad de la
congregación donde Dios les ha puesto.
Para ir
concluyendo, Dios le dio poder a la Iglesia, no al individuo. Todo lo que Dios
da es para beneficio de la Iglesia y la comunidad donde se encuentra, barrio,
ciudad, provincia, nación, etc…
Si Dios va a
intervenir en este mundo de manera sobrenatural va a ser a través de Su
Iglesia, es decir, a través de nosotros que formamos la Iglesia de Cristo como
conjunto, también a través de las congregaciones, y a través de ti y de mí que
somos miembros de Su Iglesia, que estamos bajo Su autoridad.