EL HIJO PRODIGO (Lucas 15)
La
historia del Hijo Pródigo es la historia de toda la humanidad.
Muestra
lo implacable que es el pecado con el hombre.
Demuestra el fracaso total de una vida sin Dios.
Al
mismo tiempo, nos enseña como es el
verdadero arrepentimiento.
Pero, sobre todo,
muestra el amor inmutable del Padre, esperando pacientemente el regreso
de sus hijos.
1)
El Pecado es Implacable
Este
joven se rebela en contra de sus padres,
rechaza los valores que le han enseñado y desprecia su cariño.
Los
amigos le hablan de lo bien que se lo pasan allí lejos de casa.
Le
da envidia ver como los demás aparentemente lo pasan bien por allí.
Cree
que está perdiendo cosas apasionantes.
Quiere
experimentar los placeres que da el mundo,
satisfacer los apetitos de la carne.
En
contra de los consejos de su padre y con la cartera llena, se va de casa.
Este
joven quiere divertirse, quiere pasarlo
bien y conocer nuevas experiencias.
“Hay caminos que al hombre le parecen
derechos, pero al final de ellos está la muerte” (Prov. 14:12).
Este
chico no se da cuenta que sus sueños van a cambiarse en pesadillas y que su
libertad va a cambiar en esclavitud.
Al
principio todo es maravilloso:- las chicas son bonitas, el champán está delicioso, la música a tope.
Se
compra ropa nueva del último grito, es la envidia de todos los amigos.
Esto
es lo que Dios llama “gozar de los placeres temporales del
pecado” (Hebreos 11:25).
El
hijo pródigo, sin darse cuenta, empieza a esclavizarse.
El
placer en pequeñas dosis ya no satisface;
poco a poco hay que aumentar la dosis para satisfacer los apetitos.
Me
explico: nadie llega a ser alcohólico o adicto a las drogas de la noche a la
mañana.
Es
un proceso paulatino; aumentando la
dosis poco a poco.
Este
joven de la parábola pronto empieza a desengañarse, hay un vacío en su ser imposible de llenar.
Mientras
está bebiendo, oyendo la música o está
con una chica, se olvida de todo.
Pero
en su habitación, a solas, su conciencia le atormenta, está desolado.
Llega
el día cuando ya no le queda más dinero;
los amigos le decepcionan y le abandonan.
“Cuando hubo
malgastado todo el dinero, vino sobre aquella región una época de hambre
terrible, y comenzó a pasar necesidad” (Lucas 15:14). Había
mucho paro y poco trabajo.
“Fue a pedir trabajo a
uno del lugar, el cual le mandó a sus campos a apacentar cerdos.” (v.15)
Para
quitarle de encima, ese hombre le envía
a su campo para cuidar cerdos.
“Y deseaba llenar el
estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba”.
(v.16)
Las
algarrobas no podían satisfacer su hambre, pero nadie le daba nada mejor.
Las
lágrimas empiezan a correr por sus mejillas.
Este
joven quería gobernar su propia vida, tomar sus propias decisiones y hacer su
propia voluntad.
No
quería escuchar los consejos de su padre ni de nadie.
Quería
ser independiente, quería ser libre.
Desde
Centro Cristiano de Castellón te
pedimos que mires con atención el resultado de su decisión egoísta:-
En
vez de vivir en una casa próspera y feliz teniendo todo lo que le hace falta, es un mendigo hambriento, solo, desgraciado y
abandonado.
La
“libertad” le hace prisionero de todas las necesidades diarias.
El
deseo de ser independiente le lleva a mendigar y a depender de los demás.
El
querer hacer su propia voluntad le obliga a hacer aquello que no le gusta.
El
querer gobernar su propia vida sin estar sujeto a nada ni a nadie, le sujeta al
hambre y a la miseria.
En
resumen:- la “libertad” le esclaviza.
Las
algarrobas son comida para los cerdos y no pueden satisfacer el hambre del
hombre.
El
hombre tiene necesidades más profundas.
2)
El Arrepentimiento:-
Jesús sigue contando la parábola: “Al
fin, el chico se puso a pensar: ¡cuántos trabajadores en la casa de mi padre
tienen comida de sobra, mientras que aquí
yo me muero de hambre! Volveré a la casa
de mi padre, y le diré: Padre he pecado contra Dios y contra ti, y ya
no merezco llamarme tu hijo: trátame como uno de tus trabajadores.” (vs.17, 18)
Su
desesperación había llegado al límite máximo.
No había otro camino.
No
dijo, “tengo hambre”, dijo “me muero de hambre”.
Pero,
¿cómo voy a volver a casa? - ¡qué vergüenza!
Tendría
que humillarse y reconocer que su padre tenía razón.
“Me levantaré e iré a
mi padre”. El arrepentimiento tiene que ver con reconocer
tu condición y decidir regresar al camino correcto; implica tragarte el orgullo.
Tiene
que ver con confesar a Dios tus pecados: “Padre,
he pecado contra Dios y contra ti”.
Cuando
el hijo pródigo volvió a casa, no tuvo
que buscar a su padre: su padre le estaba buscando.
Esperaba
de todo corazón el día cuando abrazaría de nuevo a su hijo.
Lo
ve de lejos. Dios siempre nos mira con
ojos de compasión por más lejos que hayamos ido de El.
El
padre sintió compasión de él. No importa
la magnitud del pecado, si nos volvemos
al Padre, su compasión y perdón nos alcanzarán.
El
padre le sale al encuentro. Desde el
momento en que tomas la decisión de arrepentirte, el Señor viene de camino,
lleno de amor y con los brazos abiertos, para encontrarse contigo.
El
joven empieza una vida nueva. El padre
le hace una gran fiesta y restaura todo lo que había perdido.
El
caso es que no encontró lo que realmente buscaba hasta que volvió al padre.
¿Sabes
una cosa? Darle la espalda a Dios y
vivir como te da la gana te costará caro.
La vida empieza de verdad con el arrepentimiento; arrepentimiento profundo
sincero y verdadero.
Desde Centro
Cristiano de Castellón, queremos decirte que ha llegado la hora de poner tu fe y confianza
en Jesucristo para tu salvación eterna.
Ha llegado la hora de la decisión,
la hora que puede cambiar tu destino para siempre.
Dios el Padre te busca, sus brazos de amor están extendidos hacia
ti. ¿No quieres venir a El?
Si es así, habla con Dios ahora mismo. Puedes decirle algo así, “Señor Jesús,
reconozco que he vivido egoístamente, que he vivido sin ti. Reconozco que te he dado la espalda y que he sido incrédulo. Me arrepiento de mis
pecados y de mi incredulidad. Ayúdame a
tener fe y a creer en ti de todo corazón. Por favor, perdóname
y sálvame. Por favor, cumple tu
propósito en mí. Gracias por escucharme,
gracias por amarme.”
Bueno, nos encantaría conocerte y
saludarte. Con toda confianza y sin
ningún tipo de compromiso, puedes comunicarte con nosotros al 964 211242, o
mejor aún, visítanos en Centro Cristiano que está en Castellón en la Avda.Gran
Vía Tárrega Monteblanco, núm. 11.
Con mucho gusto te atenderemos. Estamos
los días domingos a las 10’00 de la mañana y también a las doce,
los miércoles a las 10 de la mañana y las 7‘30 de la tarde y los
viernes a las 8’30 de la noche. Los
sábados hay actividades para los jóvenes.
Aquí en Centro Cristiano oramos por los
enfermos y necesitados. Dios hace
milagros y maravillas. Dios te ama y
tiene un propósito especial contigo. Disfruta con nosotros de la presencia de
Dios, de la predicación de la Palabra, de las alabanzas y la música. Tenemos actividades para toda la
familia. Visita
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o visítanos, te ayudaremos. El número de teléfono para recibir más
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